Dona
Hady ha vivido una vida llena de desafíos, pero su espíritu incansable y su amor por su familia lo han llevado a superar obstáculos insuperables. Nació en una familia pobre y numerosa, con doce hermanos, y su infancia estuvo marcada por la pobreza que motivó a muchos de sus hermanos a migrar en busca de mejores oportunidades.
Cuando su padre falleció, Hady se vio obligado a dejar sus estudios para ayudar a su madre. Durante mucho tiempo, trabajó como ayudante en un autobús, subiendo y bajando equipajes de los pasajeros. A pesar de las dificultades, Hady encontró fuerzas para seguir adelante cuando su pareja quedó embarazada y tuvieron una hija.
En 2005, Hady logró reunir el dinero suficiente para viajar en avión y salir de Malí. Su objetivo era trabajar arduamente, ganar dinero y asumir la responsabilidad de su madre y su hija, a quienes tuvo que dejar en su país natal. Mientras estaba en Europa, estalló un conflicto armado en Malí y Hady solicitó asilo en 2012, pero lamentablemente su solicitud fue denegada.
Después de varios años viviendo en España, finalmente se le concedió a Hady el arraigo en 2015, otorgándole una sensación de estabilidad y pertenencia en su nuevo hogar. A pesar de las incertidumbres y los desafíos a los que se ha enfrentado, Hady siempre ha tenido en mente a su madre y a su hija. Su determinación de construir un futuro mejor para su familia ha sido su principal motivación. Estaba dispuesto a hacer cualquier cosa para garantizar que su hija no sufriera las mismas dificultades que él experimentó en su infancia.
La historia de Hady es una inspiración para todos nosotros, un recordatorio de la resiliencia humana y la voluntad inquebrantable de enfrentar la adversidad por el bienestar de nuestros seres queridos. Su lucha por un futuro más brillante y su amor incondicional hacia su familia nos inspiran a apoyar y acoger a las personas refugiadas, brindándoles la oportunidad de reconstruir sus vidas y encontrar la estabilidad que tanto anhelan.
A día de hoy, son más de 110 millones el número de personas desplazadas de manera forzada. 110 millones de historias personales de derechos vulnerados. 110 millones de historias personales de lucha y superación. Las causas son variadas: guerras y conflictos en países como Sudan, Ucrania, Afganistán, Siria, Colombia o Venezuela; matrimonios forzados, violencia del crimen organizado, mutilación genital femenina, trata con fines de explotación sexual o la persecución de personas LGTBIQ+, entre muchas otras.
Puedes brindar esperanza en tiempos difíciles
Con una de estas tarjetas solidarias, no solo estarás haciendo un aporte significativo, sino que también estarás transformando la vida de las personas refugiadas a las que brindamos apoyo. Tu generosidad marcará una diferencia real y tangible en su camino hacia un futuro mejor.
Estarás contribuyendo en la atención y apoyo que necesitan para reconstruir sus vidas en Euskadi.
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